Clarín 13-04-2020 - Mauricio Bártoli ¿La cosecha de granos gruesos, la de soja y maíz, de donde surge la mayor fuente productiva y de exportaciones de la Argentina, ganó ritmo esta semana, luego de algunos contratiempos operativos en los primeros días de la cuarentena. Ya se lleva recolectado el 20% de la oleaginosa sembrada y poco más del 30% del cereal. Y el flujo de camiones tiene los niveles habituales para esta época del año. Aunque, desde el lote hasta los barcos, hay complicaciones y demoras, en función de evitar contagios de coronavirus. Todo lleva un poco más de tiempo, desde la organización de los fletes, conseguir algún repuesto y, a veces, hasta la gestión de cobros y pagos.

Desde el punto de vista agronómico, un aspecto a tener en cuenta es que en este otoño se están cosechando granos “finos” de soja, un adjetivo habitualmente usado para los cereales de invierno como el trigo, que se recolecta en diciembre… La falta de lluvias en febrero se está reflejando en los monitores de rendimiento. “El aspecto de las plantas es visualmente bueno, con muchas chauchas, pero los porotos son más finos”, describió Adrián Rovea, el asesor del grupo CREA Teodelina-Ascensión, que recorre campos santafesinos y bonaerenses, en plena Zona Núcleo.
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Así las cosas, en lotes que se esperaban excelentes rindes la ecuación final termina siendo relativamente buena. “En el corredor Pergamino- Santa Teresa, el promedio de las sojas está en 3.100 kg/ha., y el de los maíces en 10.500 kg/ha. Y hubo casos cerca de Rosario donde la falta de agua secó el cultivo de soja y no habrá cosecha. La oleaginosa sufrió más porque en el llenado de granos no tiene tantos recursos como el maíz, que recircula sus reservas hídricas del tallo y soporta mejor la seca”, explicó Rovea.
Adrián Rovea, asesor del Grupo CREA Ascensión-Teodelina.

Adrián Rovea, asesor del Grupo CREA Ascensión-Teodelina.

Otro problema para la soja cuando no completa su ciclo fisiológico es el grano verde que aparece en cosecha. “Estamos detectando entre un 15 y 20% de este problema, que no sólo afecta la productividad sino la calidad”, advirtió Rovea. Y un contratista puso en consideración la dificultad del calibre de la maquinaria. “Se escapan más granos y eso aumenta el nivel de pérdidas en el cabezal”, asumió. Después se agregan las penalizaciones. Pero, aunque los granos verdes manchan el aceite, los recibidores están contemplando la situación con flexibilidad. De la habitual tolerancia de un 10 %, se ha llevado a 30% y en algunas terminales hasta el 50%”, aseguró a Clarín Rural un ejecutivo de las cerealeras con base en Rosario.
Con guantes y barbijos, los operarios de maquinaria siguen con la cosecha de soja y maíz a buen ritmo..(Foto: JUAN JOSE GARCIA)

Con guantes y barbijos, los operarios de maquinaria siguen con la cosecha de soja y maíz a buen ritmo..(Foto: JUAN JOSE GARCIA)

Un poco más al oeste el panorama resulta alentador. En el noroeste bonaerense y sudoeste santafesino, “las napas muestra su efecto y los promedios están en 4.500 kg/ha en el caso de la soja y en 12.500 kg/ha para el maíz”, consignó Rovea.

En marzo, la mayoría de los productores guardó los granos en silos metálicos y bolsas, pero ahora “van sacando a puerto lo que pueden”. Esta semana, a las fábricas y terminales exportadores del Gran Rosario fueron 6.300 camiones (3.600 cargados de soja).
En la ruta 19 que une Rosario con Bigand, la circulación de camiones cargados cereal.es la postal casi exclusiva. (Foto: JUAN JOSE GARCIA)

En la ruta 19 que une Rosario con Bigand, la circulación de camiones cargados cereal.es la postal casi exclusiva. (Foto: JUAN JOSE GARCIA)

Para asegurar el funcionamiento, en el puerto se cumplen estrictos protocolos sanitarios: toma de temperatura, barbijos, postas sanitarias en los ingresos de plantas y puertos, brigadas para manejos de situaciones y hasta ambulancias. La vigilancia epidemiológica no registró ningún caso de coronavirus en esos ámbitos.

“El volumen de soja comercializado fue de 750.000 toneladas, entre negocios a fijar y con precio, contra 464.000 toneladas de la semana anterior”, ponderó Esteban Moscariello, un corredor con 15 años de experiencia en el rubro.
En las plantas de acopio y en los puertos, los empleados trabajan con estrictas medidas de seguridad para evitar contagios de coronavirus (Foto: JUAN JOSE GARCIA)-

En las plantas de acopio y en los puertos, los empleados trabajan con estrictas medidas de seguridad para evitar contagios de coronavirus (Foto: JUAN JOSE GARCIA)-

Una gran preocupación en toda la cadena es la bajante del Paraná. La Bolsa de Comercio de Rosario alertó que la altura del Río Paraná en el puerto de esa ciudad ha descendido hasta el metro de altura, nivel que no quiebra hace más de 30 años. Lo normal son 2,47 metros de altura. Por ello se resiente la carga máxima de los buques, lo que impacta en los costos, y exige extremo cuidado en las maniobras para evitar varaduras. Cinco dragas de la Hidrovía trabajan las 24 horas para mantener el cauce en condiciones navegables: ayer estaba en 31 pies, cuando lo habitual sería 34.
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Esa diferencia, por el momento no impide el flujo “porque los puertos no están llenos ni de harina de soja ni de maíz, pero cuando esto suceda, si se complica la carga de vapores, se va a producir un cuello de botella en la recepción y esta situación es un problema para toda la cadena. Incluso se complicaría el mercado de harina de soja mundial, que lidera Argentina”, anticipó Moscariello.
Esteban Moscariello, corredor de granos con 15 años de experiencia.

Esteban Moscariello, corredor de granos con 15 años de experiencia.

En este contexto, el jueves hubo un nuevo informe mensual de estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés), parámetro de referencia internacional para los mercados, en el cual se recortó la producción de soja sudamericana 19/20 (Brasil y Argentina) en 3,1 millones de toneladas. Como los operadores esperaban un recorte de más del doble, el impacto fue bajista en las cotizaciones.

En el mercado argentino, la soja tuvo un precio abierto (más allá de excepciones particulares) de US$ 205. Pese a que resulta un precio “flaco” para las expectativas de los productores, ya se llevan comercializado un 35% de las 49,5 millones de toneladas estimadas para la campaña en marcha, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
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Es que la demanda sigue firme. “Las exportaciones de soja de Brasil, el gran ganador en estos momentos, en marzo fueron récord: 13,3 millones de toneladas y en abril también apuntan alto. En la última semana, China compró 4/5 cargos de soja a Brasil y la semana anterior más de 20 cargos”, indicó Moscariello.

En el caso del maíz, el USDA redujo la demanda 9,5 millones de toneladas en EE.UU. debido al cierre de plantas de etanol. La producción de etanol cayó al nivel más bajo en más de seis años, mientras que las existencias aumentaron a un nivel récord.
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Todo lleva a un consecuente aumento de los stocks de maíz y soja en EE.UU.

El coronavirus plantea dos problemas grandes: la demanda y la logística. Según Moscariello “el primero parece ser de corto plazo, pero el problema más grande es la logística. Con fronteras cerradas por muchos países, la recuperación del comercio es cada vez más lenta”.