Clarín 16-12-2019 - Esteban Fuentes

Esteban Fuentes Esteban Fuentes efuentes@clarin.com La falta de precipitaciones comienza a preocupar a los productores agropecuarios. Es que este clima adverso ya hizo perder 3,1 millones de toneladas de la cosecha fina y hay incertidumbre con lo que puede ocurrir con la siembra de granos gruesos y lo que ya está sembrado. Y además, afectó el desarrollo de los forrajes y el estado corporal del ganado vacuno.

El climatólogo Leonardo De Benedictis informó que hay un déficit de agua muy importante en el sur de Córdoba, sur de Santa Fe, centro y oeste de Buenos Aires y la La Pampa, siendo las zonas más crítica en el país. “No hay lugar que tenga buenas reservas, salvo algunos puntos del NEA”, indicó.
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A corto plazo, el experto informó que habrá episodios importantes de agua en el noreste del país para el fin de semana, pero para la zona más crítica se esperan lluvias recién para fines de la semana entrante. Y yendo a enero y febrero,

De Benedictis sostuvo que “la situación seguirá siendo complicada porque si bien hay una cierta tendencia a que se normalicen las precipitaciones, difícilmente llegue la reactivación porque el aumento de las lluvias es muy progresivo y el déficit de agua es muy importante. Siempre vamos corriendo por atrás”.

Según el experto, no se presenta el fenómeno de “La Niña” más allá de la actual sequía. “La temperatura del Pacífico está en condiciones neutrales. Está inactivo, entonces no nos quita ni nos aporta nada. Esta situación sólo se dio por circulaciones locales, la situación de Brasil, que estuvo con sequía prolongada, y la zona del Atlántico que normalmente nos aporta humedad, estuvo en contra”.
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Por lo contrario, De Benedictis destacó que no se preveía que la sequía sea de esta magnitud. “Se esperaba que sea débil, con lluvias más cercano a lo normal”, indicó.

Con este panorama adverso, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó una caída en la cosecha total de los seis principales cultivos (trigo, cebada, soja, maíz, girasol y sorgo) en relación a la primera estimación de septiembre, con una baja de 131,1 millones a 128 millones de toneladas. Esto se debe a la pérdida de 2,5 millones de toneladas de trigo y 600.000 toneladas de cebada.

Puntualmente, la región central de la provincia de Buenos Aires viene atravesando un período de sequía que se acentuó en la salida del invierno e inicio de la primavera lo que afectó el crecimiento del forraje y el estado corporal del ganado vacuno. Según un informe del INTA y la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), septiembre fue el mes de menor crecimiento forrajero de las últimas dos décadas para esa zona. Si bien en las últimas semanas llovió, la situación no se revertiría fácilmente.
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El estudio fue elaborado por el INTA Cuenca del Salado y el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (FAUBA-CONICET) sobre la base de imágenes satelitales y recorridas a campo. En particular, según el comunicado lanzado por Fauba, hay alerta sobre la situación de los departamentos de Tapalqué, Olavarría, General Lamadrid y Laprida, que abarcan más de 2 millones de hectáreas, donde se observó un bajo crecimiento forrajero en el 80% de la superficie forrajera.

“Las bajas temperaturas en julio y agosto, la escasez de lluvia de los meses posteriores, y sumado a ello una menor mineralización de la materia orgánica del suelo, generaron condiciones desfavorables para el crecimiento del forraje de primavera y el rebrote de las especies invernales naturales. El menor crecimiento del forraje se manifestó de forma diferente dentro de la Pampa Deprimida, con foco en el centro sur de la región”, detalló el informe.