Diario Alfil 09-12-2019 - Gabriela Origlia Una de las medidas que, hay coincidencia, tomará el gobierno del electo Alberto Fernández pasa por la suba de retenciones que no alcanzaría sólo a la producción agropecuaria sino a las mineras. Alza. En ese contexto es récord el nivel de comercialización de la actual campaña agrícola, que se refleja en los últimos informes de liquidación de dólares de los exportadores durante noviembre y las declaraciones juradas de ventas al exterior. Las provincias con producción agropecuaria y minera también sufrirán porque los derechos de exportación no se coparticipan y, además, afectan Ganancias, que sí se distribuye.
El mes pasado los exportadores liquidaron divisas por más de 2.185 millones de dólares, lo que se transformó en la cifra más alta desde 2002. En lo que respecta a la declaración de juradas de ventas al exterior, las cifras son históricas. El objetivo es acelerar la comercialización para protegerse de un aumento de las retenciones.
Las mayores exportaciones derivadas de la misma situación impactaron en la recaudación nacional de noviembre: los ingresos por retenciones aumentaron 265,4% interanual según la AFIP; totalizaron 53.764 millones de pesos en noviembre, marcando un récord.
En lo que hace a las provincias, el cálculo marca que un punto de suba de las retenciones a la soja y al complejo cerealero (maíz y trigo) implica $4300 millones menos en la recaudación de Ganancias. Los gobernadores perderían unos $2500 millones y la administración central ganaría $12.600 millones. Una situación similar a la que se dio en los últimos años del kirchnerismo por eso el malestar de algunos gobernadores con Fernández.
Tienen la convicción de que volverán a ser determinados distritos los que aporten para que otros (más dependientes del Estado) reciban más recursos. Las alianzas tejidas por la vicepresidenta electa Cristina Kirchner en el Senado van en ese sentido; acordó con Formosa que es la jurisdicción donde hay 0,6 empleos privados por cada público. El peor ratio de la Argentina. Le siguen Catamarca (0,7), La Rioja y Chaco (0,8), Jujuy y Santiago del Estero (0,9).
En un trabajo del Ieral publicado por LA NACION se señala que en un escenario donde las retenciones volvieran a pesar en el PBI lo mismo que en 2015 las provincias perderían unos $23.000 millones al año de coparticipación. Esa cifra equivale a 44% de los recursos extras que recibirán por devolución de detracción del 15% de la coparticipación (lo que se retenía para Anses).
Esa hipótesis implica que las retenciones pasarían de representar 1,5% del PIB en 2019 a 1,8% en 2020 (valor que ya se recaudó en el 2014). La recaudación extra por esa carga sería de $197.266 millones y la pérdida en Ganancias, $15.056 millones para el Tesoro Nacional y $23.411 millones para el consolidado de provincias.
El impacto indirecto es incuso, superior, la suba de retenciones implica menor superficie sembrada, menor rentabilidad, menor actividad económica, menor empleo en cadena agroindustrial (que usa como insumo los granos), menor uso de servicios de transporte, servicios conexos (siembra, cosecha, fertilizantes, seguros). Todo eso golpea la recaudación propia de las provincias.
Una encuesta realizada por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, denominado “Ag Barometer Austral”, en la cual se destaca que por primera vez, los productores ven con igual pesimismo el futuro que la situación presente.
“Hace un año, el clima era la preocupación principal. Hoy, la incertidumbre política, el acceso al crédito y la posibilidad de suba de las retenciones ocupa la mente de los productores”, señala el informe. Esto se refleja a la hora de invertir, porque casi el 80% de los productores cree que es un mal momento para realizar inversiones.
En consecuencia, esta preocupación e incertidumbre que tienen los productores hizo que se adelanten las ventas de los granos para esquivar la probable suba de las retenciones. El 70% de los productores decidió realizar algún tipo de operación de cobertura, ya sea a través de forwards o de mercados institucionalizados. Asimismo, más de la mitad de los productores apuntó que incrementaron el uso de estas herramientas.