Revista Puerto 23-07-2019 - Roberto Garrone Dos fotos del reportero gráfico Diego Izquierdo que se publicaron en REVISTA PUERTO forman parte de las 150 mejores fotos del año que la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) exhibe en la 30º Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino.

Quienes trabajamos cotidianamente con Diego sabemos de su talento, de esa particular manera de mirar la realidad pesquera y portuaria, sus paisajes, conflictos, personajes, a través del lente.

Para nosotros es “Dieguito”, pero no porque su pequeña figura respalde el diminutivo, sino desde el cariño, desde el afecto, por saberlo próximo, bien dispuesto y listo para la próxima nota en la que siempre sorprende y logra registros gestuales, emocionales o visuales, que a mí al menos me dejan perplejo. Un lujo para todos.

Las dos fotos que integran la muestra ilustran estas líneas por lo que amigo lector podrá contemplarlas y disfrutarlas sin necesidad de descripciones ampulosas. La del marinero a bordo del costero de Rawson la hizo en uno de esos viajes que le gustan tanto y en los que se camufla para registrar oficios riesgosos.

Estuvimos juntos en la Procesión Náutica de febrero. Fue tal la cantidad de colegas, curiosos, invitados especiales y colados que estaban a bordo de esa lancha que por un momento nos pidieron que algunos fuésemos a ser lastre del otro lado para equilibrar el peso. En ese enjambre, Diego se las ingenió para lograr ese fotón impresionante

Creo que me la mostró ni bien desembarcamos, ahí mismo en la banquina, en medio del gentío que quería bajar, poniéndose de espaldas al sol para contemplarla mejor. Eso hace cada vez que le gusta mucho alguna de las que saca. “Mirá” me invita él, que miró antes y mucho mejor que yo, y me da la cámara para que la vea por la pequeña pantalla que las reproduce. Y siempre se la devuelvo con algún elogio.

Sí, fue así… creo que hasta nos tuvimos que correr para dejar pasar al cura y a los Santos de la procesión. Ahí, en la punta de la banquina, el sol todavía no se había rendido sobre el horizonte y encandilaba como puñaladas. A Diego se le hizo una mueca en la cara y se rió con esa risa tan característica, como con intervalos.

Ahí estaba San Salvador entre la muchedumbre a flote, coronado de flores, escoltado por la lancha Siempre Libertad sobre aguas espesas. Una postal patinada con el humo casi imperceptible de una bomba de estruendo, de esas que tiran los tanos con la misma naturalidad con la que tiran las redes al agua.

Estaba la foto y Diego sonreía. Ya tenía su pequeño tesoro.

Ahora la pueden disfrutar quienes visiten la muestra, que posiblemente salga de recorrida por las ciudades del interior como hacen todos los años. Entre las mejores fotos del año. Un lujo que nos damos todos en REVISTA PUERTO.

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