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Revista Puerto 13-06-2019 - Roberto Garrone La lancha artesanal Mi Lucha volvió a hundirse en el espejo interior del puerto de Mar del Plata como lo hizo en la década del ochenta. Aquella vez la embarcación era un yate para paseos recreativos y tuvo un accidente dentro del Club Náutico.
El martes alguien se olvidó de cerrar la toma de mar luego de haber regresado de pescar y la embarcación se hundió lentamente hasta dejar solo en superficie las antenas del equipo de radio, amarrada en cuarta andana de la banquina chica.
“Esto pasa porque ya no hay nadie por acá. La lancha se hundió por una fatalidad y no hubo nadie para avisar”, contaba con una mezcla de indignación y lamento Franco Bocanfusso, armador de un par de lanchas de rada ría que todavía flotan a unos metros de la embarcación hundida a la espera de que se abra la temporada de corvina.
Mi Lucha era una de las dieciséis lanchas que todavía se mostraban operativas. Unas barreras antiderrame dispuestas por el Consorcio retenían algunos envases plásticos. “Tenía cien litros de combustible”, avisa Javier Pennisi, hijo de Santiago, el armador de la lancha. “Fue una fatalidad… me habré ido a las cuatro de la tarde, volví a las cinco pero no se notaba nada”, contó.
A Javier le avisaron hoy temprano que la lancha se había hundido. Al principio se pensaba que había sido por el fuerte temporal que azotó la ciudad y el puerto en la madrugada pero luego se conoció el “olvido”. En 2017 en el mismo sitio se hundió El Viejo Amábile. Estaba en primera andana y recibió agua que cayó desde la banquina.
“Es una cantidad compatible con el plan de contingencia que se desplegó”, dijo Martín Merlini, presidente del Consorcio. Mañana la empresa Canal y Canal la volverá a poner a flote y luego será extraída del agua con el guinche próximo al sincrolift de SPI.
El casco de madera aguantará la inmersión. Lo que creían que estaba perdido era el motor, un Mercedes 1620, caja eléctrica, el equipo de radio, la sonda, el BHF, baterías, equipos de salvamento. “Vamos a seguir… es lo único que sabemos hacer”, anticipó Javier.
Mi Lucha venía pescando cornalito, pescadilla y anchoa de banco a pocas millas frente a las costas de Mar del Plata y Santa Clara. Ayer luego de descargar quedó amarrada junto con la Romeo Aralde, la Don Nino y la Madonna Di Giardini, que ahora la custodian en la banquina.
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