El Cronista Comercial 17-05-2019 - CARLOS BOYADJIAN Una vez más como tantas otras veces, la estrategia de ensayo y error llevó al Gobierno a dar marcha atrás con una medida, que se presumía un paso adelante en su objetivo de cerrar la brecha fiscal y alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas.

El decreto 332, publicado en el Boletín Oficial el pasado 6 de mayo, llevó la tasa de estadística para bienes importados del 0,5% al 2,5% hasta el 31 de diciembre de 2019. Con esta norma, el Ministerio de Hacienda espera recaudar entre 28.000 y $ 30.000 millones anuales. Pero ahora deberá recalcular porque habrá sectores exceptuados de la suba.

Tras la suba de la tasa hubo reclamos de importadores, aceiteros, fabricantes de autos, laboratorios, industria química y plásticos por la admisión temporaria de insumos. También alzaron la voz en la industria energética que opera en Vaca Muerta.

Preocupado por el impacto de la norma en sectores dinámicos como energía no convencional o crushing -se importan porotos de soja de Brasil y Paraguay para mezclar con el local-, o la industria automotriz, desde el Ministerio de Producción plantearon la necesidad de, al menos, excluir las importaciones temporarias o los insumos y equipamiento destinados al shale. La decisión final, sin embargo, pasa por la cartera que comanda Nicolás Dujovne.

Al cierre de esta edición estaba definida la publicación de un nuevo decreto el viernes en el Boletín Oficial, en la práctica complementario del 332, exceptuando de la suba de la alícuota a las importaciones temporarias, bienes o insumos que entran al país para ser utilizados en el proceso de producción para agregar valor y luego ser exportados. También estarán fuera del aumento los bienes de capital para Vaca Muerta y líneas de producción importadas, tanto nuevas como usadas.

"La medida sólo tiene fines recaudatorios", destacó Rubén García, titular de la Cámara de Importadores y una mala señal en un contexto en que "el comercio exterior está castigado".

Por su parte, Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, estimó que "la cuadruplicación de la tasa no se justifica por costos sino por un tema de caja", y agregó que es "un obstáculo al comercio, un costo nuevo en frontera y un cambio no esperado en las reglas".

Desde la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), el presidente Gustavo Idígoras señaló que "hemos tenido varias reuniones para explicar en detalle cómo funciona la admisión temporaria de soja y entendemos que hay una decisión política de hacer modificaciones en el corto plazo". Anualmente se importan unos 5 millones de toneladas de soja, que a u$s 300 la tonelada tienen un impacto en la tasa de estadística -antes de la suba- de unos u$s 35 millones.

"Por la medida, a partir de junio todos los programas de importación se han suspendido, lo cual implica un impacto no sólo para las plantas de molienda sino también para la industria de barcazas de Argentina, un servicio que no tiene otro tipo de producto para traer por la Hidrovía", destacó Idígoras.

Consultado sobre el efecto en la industria autopartista, Juan Cantarella, director Ejecutivo de AFAC, la cámara sectorial, indicó que "la intención de excluir a toda la admisión temporaria ayuda mucho al sector", pero aclaró que para las terminales es fácil demostrar la importación temporaria cuando exporta un vehículo, mientras que "para un proveedor autopartista no es tan sencillo, si bien existen mecanismos de admisión temporaria o reposición de stock".