El Cronista Comercial 28-02-2019 - EZEQUIEL M. CHABAY Desde el inicio de su mandato, Mauricio Macri puso como principal objetivo de su política internacional la promoción de la Argentina para la recepción de inversión de origen externo. Tan solo un año atrás, en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente reiteró su promesa de una "lluvia" de inversiones para motorizar la economía.

El año pasó y el presidente dejó de hablar de precipitaciones de capitales foráneos para introducir, en cambio, la idea de una "tormenta" que sacudió el país, provocó una escalada del dólar y la inflación más alta en 27 años.

En lo que hace a la Inversión Extranjera Directa (IED), la Argentina está más cerca de una sequía que de una lluvia. Según un reciente estudio de la consultora DNI, el país no logró subirse a la ola de inversión que sí experimentó la región de Latinoamérica, e incluso tiene menos capitales anclados que en 2001.

El reporte económico elaborado por Marcelo Elizondo advierte que la Argentina tiene apenas una porción del 3,4% del total de inversión extranjera acumulada en Latinoamérica, estimado en u$s 2,2 billones por Cepal, y va muy por detrás de los niveles de Brasil (34,8%) y México (24,8%), pero también en comparación con economías más pequeñas, como Chile (12,6%), Colombia (8,1%) y Perú (4,4%).

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Así las cosas, la Argentina se ubica como el único país (excluyendo Venezuela, de la cual no hay datos) que no creció en atracción de capitales desde el inicio del presente siglo, siendo que en los últimos años la llegada de fondos se cuadruplicó en la región.

La relación entre el acervo de IED y el PBI ubica al país en el último puesto de Sudamérica: los capitales anclados representan el 11% del producto, mientras en Brasil equivalen al 33% y en Uruguay, al 76%.

En la mirada de corto plazo, la Argentina recibió en 2017 aproximadamente u$s 11.517 millones según Cepal, lo cual representa más del triple de lo alocado en 2016, y reubica al país en cifras similares a la media de la última década. Ahora bien, DNI estima que la IED de 2018 rondará los u$s 10.500 millones, lo que implica otra caída en el orden del 8,8%.

Los números oficiales tampoco son prometedores: según la última entrega del Monitor de la Inversión, que elabora mensualmente la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici), el tercer trimestre de 2018 cerró con inversión a la baja, en parte debido a los mayores costos para importar, que afectaron la compra de maquinaria y equipo de transporte de origen extranjero, la menor actividad en el sector agrario e industrial, y la suba de tasas de interés, que redujeron el acceso al crédito del sector privado.

Elizondo, autor del informe, señaló que "todo lo referido muestra a la Argentina en dificultades para acceder a lo que está llamándose la Globalización 4.0, que posiciona en línea a empresas a través de las fronteras para activar procesos productivos, comerciales, estratégicos y de crecimiento", al tiempo que celebró una preocupación constante del Gobierno por promover la llegada de inversiones, pese a los magros resultados.