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La Nación 04-01-2019 - Fernando Bertello Después de haber logrado mejorar en $400 millones un presupuesto que fijaba un fuerte recorte que podía afectar su funcionamiento, según alertaban sus técnicos, el INTA está apuntando a desarrollar polos que concentren la tecnología agropecuaria con la participación del sector privado e inclusive universidades en varias regiones del interior.
Así lo adelantó a LA NACION Juan Balbín, presidente del organismo. En junio pasado, el secretario de Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, anticipó que el Gobierno quería crear un distrito tecnológico en la sede del INTA Castelar, que cuenta con un predio de 600 hectáreas.
El plan apunta a sumar actores privados que quieran trabajar con el INTA (el organismo, en rigor, ya tiene una alianza con el laboratorio veterinario Vetanco para la primera vacuna contra la diarrea viral bovina), a las casas de estudio y hasta desarrollar infraestructura para que técnicos del interior tengan un lugar donde estar en sus viajes a Buenos Aires.
Ese objetivo, según Balbín, sigue en marcha, aunque al ritmo lo marca el presupuesto nacional. El presidente del INTA negó, no obstante, que en el INTA Castelar esté prevista la venta de tierras para los privados, como especulaban algunas voces.
"La idea es generar un ecosistema de innovación, para las patentes, de trabajo y riqueza. También que estudiantes de carreras afines puedan interactuar con investigadores", indicó.
No obstante, más allá de ese modelo para el INTA Castelar, en el organismo proyectan replicar esto en otros lugares del interior, como Mendoza, Pergamino y Anguil (La Pampa), entre otras localidades. Se trata de tres de las tantas regiones donde está el INTA y donde se podrían ir desarrollando esquemas de cooperación también con el sector privado. En el INTA ya están pensando en una licitación para que los abogados armen un modelo legal que permita llevar adelante eventualmente las inversiones que hagan los privados. El organismo podría percibir un canon por servicios.
"No queremos concentrar todo en Castelar", apuntó el presidente del organismo.
En Mendoza, por ejemplo, hay una firma que se acercó al INTA para brindar un servicio de monitoreo con drones para bodegas.
El INTA Manfredi, en Córdoba, es referente entre otras materias en agricultura de precisión y se trata de otro lugar donde se podría desarrollar un polo tecnológico. "También en Sáenz Peña, en el Chaco, se podrían generar oportunidades con el algodón", señaló Balbín.
Mientras esto forma parte del plan del INTA para ser protagonista con la tecnología agropecuaria, el organismo también tiene en carpeta la posibilidad de vender tres edificios que tiene en la ciudad de Buenos Aires (ubicados en las calles Chile, Alsina y Rivadavia) para construir uno solo en la sede de Castelar. En la ciudad de Buenos Aires el INTA también tiene un edificio en la calle Cerviño, pero se trata de una donación recibida.
"La idea es estar todos en un edificio moderno", indicó Balbín. Como con otros planes, esto se irá viendo en función del presupuesto. El edificio, que tendría 12.000 metros cuadrados, demandaría una inversión en torno de los US$24 millones.
Balbín dijo que el organismo podría buscar alguna herramienta de financiación vía un crédito para encarar este proyecto.
Por: Fernando Bertello |
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