Revista Puerto 19-12-2018 - Roberto Garrone Después de mantener bloqueados más de 30 horas los accesos a las Terminales 2 y 3 de puerto Mar del Plata, impedir el paso de pescado fresco hacia las fábricas, vehículos de trabajadores retenidos en los muelles, contenedores para la carga y consolidación, y hacer del código PBIP un cartón pintado, pasadas las 6 de la tarde los estibadores eventuales del Centro de Contrataciones levantaron la medida de fuerza.

Y como viene ocurriendo cada que vez que reclaman e interrumpen el flujo de la actividad pesquera y portuaria, la barrera se levanta con un acta acuerdo con más promesas que se irán evaporando como todas las anteriores y que abonan la precariedad laboral que aglutina a la mayoría de las empresas de estibaje que operan desde el principal puerto pesquero del país.

Tras la reunión que se prolongó por más de cuatro horas en el Consorcio Portuario, todas las partes se avinieron a firmar un acuerdo que patea el problema para más adelante, aunque establece una serie de inspecciones por parte del Ministerio de Trabajo para este mismo jueves, casi que con la inactividad total de toda la flota.

Se habilitará una mesa de trabajo conformada por IPAC, Consorcio, Ministerio de Trabajo, el SUPA, las Cámaras de Estibaje y del Observatorio de Abogados laboralistas de la CTA, en representación de los eventuales, para discutir un garantizado dentro de una reforma de la Resolución 220/2009.

Dicha norma fue sancionada en épocas de Eduardo Pezzati y fija el ordenamiento de la actividad en los muelles, aunque nunca fue aplicada. Ya había estado en el ojo de la tormenta cuando los armadores se quejaron de la tarifa y denunciaron la cartelización. Después de esa crisis en que Merlini deslizó la posibilidad de abrir el registro de empresas habilitadas, el tema quedó en un limbo.

El conflicto terminó de exponer las grietas que tienen los eventuales con la conducción del SUPA, más próxima a las empresas de servicios. En la carpa del bloqueo, donde manifestantes entre los que había mujeres y niños que nada tenían que ver con el reclamo, se tomaba como un hecho positivo el reconocimiento del Ministerio de Trabajo a la cuña que metió la CTA en el reclamo.

Junto con la incorporación del garantizado a la reforma de la 220 también esa mesa de trabajo buscará establecer los criterios de la subcontratación de servicios entre cooperativas. Este punto también separaba las aguas. Desde el SUPA consideran que es “fraude laboral” como sostiene Mezzamico quien solicitó se aplique un “convenio recíproco” con empresas que declaren socios verdaderos.

El barco “Beagle” que desató el conflicto el martes será descargado por estas horas pero desde los eventuales avisaron que no permitirán que la Nueva Unión subcontrate a Sol de Junio, por no tener los papeles en orden.

“A partir de enero todas las cooperativas deberán reempadronarse ante el IPAC”, dijo el Secretario General del gremio, en tanto insistió que tanto Ministerio como Consorcio y el propio organismo cooperativo provincial iniciarán controles para cumplir con la 220.

Cuando comience la zafra del calamar el mes que viene todas estas demandas desaparecerán siempre y cuando el illex regale otra buena temporada y Mar del Plata mantenga los incentivos para recibir los desembarques. Y volverán a brotar cuando falte el trabajo como ocurre ahora, para volver a emparchar la rueda y seguir girando entre la precariedad y la ilegalidad.
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