BAE 19-12-2018 - Merino Soto La falta de competitividad a partir de que la soja y los subproductos tributan el mismo porcentaje de retenciones le significa a la industria una pérdida de u$s10 por tonelada. Ante este panorama, las fábricas anticipan un aumento de la capacidad ociosa de cara a 2019, lo que generará a la larga despidos en el sector.

En la actualidad, tanto la soja como su transformación en aceite y harina pagan un derecho de exportación del 12%, con un tope de 4 pesos. En ese contexto, y sobre un trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la exportación del grano tributa en promedio, en concepto de retenciones u$s90 por tonelada mientras que si se muele esa toneladas se debe pagar u$s100.

Es decir que hay una diferencia negativa de u$s10 para el agregado de valor. Este monto representan un 3% más que los productos de la molienda de soja deben pagar y que está por encima del que tiene la exportación del poroto como tal.

Fuentes de la industria manifestaron que hoy la capacidad ociosa llega al 50% cuando en promedio era del 30 por ciento. Esta se vio agravada por la llegada de la sequía, a la que se le agregó los cambios en las retenciones.

Datos de Agroindustria muestran que entre enero y octubre los envíos de aceite de soja totalizaban 846 millones de toneladas frente a los 1.539 millones de 2017. Esto muestra una caída del 47,8 por ciento. En el caso de la harina, hasta agosto, la merma en la relación interanual mostraba una baja del 19 por ciento.

El factor climático sumado a las retenciones y la guerra comercial entre China y EE.UU. hizo que las fábricas importen soja norteamericana, que rondará cerca de los 4 millones de toneladas. Sin embargo, la alta volatilidad ante la indefinición en la pelea de Trump y Xi Jinping, hace que la industria decida no seguir trayendo la materia prima desde del exterior.

Esto desde ya significa que seguirá aumentando la capacidad ociosa y como consecuencia el mantenimiento del empleo será "crítico", reconocieron las fuentes. Actualmente la mano de obra en forma directa e indirecta es de alrededor de 73.000 personas.

Si bien Producción reconoció que no dará marcha atrás con las retenciones, decidió abrir una mesa técnica donde funcionarios de Aduana trabajan junto a la industria para reducir algunos aranceles, pero esto no es equitativo a lo que el Gobierno se lleva en materia de derechos de exportación.

La situación es compleja: para el Ejecutivo es poner en igualdad de condiciones a la exportación y la industria oleaginosa que siempre, señalan, ganó. Por lo pronto, es el sector que mejores divisas concentra en comparación con sólo el envío de soja. La primarización hacia donde se está yendo, según las fábricas, por el lado del Gobierno lo ve como una mejor recaudación. No pasa lo mismo en el caso de la harina trigo, que hoy tributa $3 por tonelada contra $4 del grano sin procesar, aunque éste también empieza a sentir el golpe.