Apertura 08-11-2018 - JAVIER LEDESMA A pesar de la caída en las ventas de la industria vitivinícola, Bodegas Chandon apuesta por aumentar su capacidad de producción pensando en el mercado de las próximas décadas. La compañía, parte del grupo LVMH, invertirá 3,8 millones de euros ($ 162 millones, según la cotización actual) en una nueva línea de producción para el fraccionamiento de vino en botella en su planta en Mendoza. Este desembolso estará enfocado particularmente en su negocio de vinos tranquilos (es decir, aquellos que no tienen burbujas) y no en la unidad de espumantes.

“La vitivinicultura es una industria de inversiones a largo plazo. Siempre, hay que estar un paso adelante. Ahora, estamos pensando en los próximos 30 años”, aseguraron desde la empresa, en diálogo con APERTURA. Puntualizaron que esta inversión reemplazará a la línea de producción que funcionaba desde los 90 y permitirá duplicar la capacidad a 12.000 botellas por hora.

Para llevar a cabo este proyecto, Chandon solicitó los beneficios del Régimen de Importación de Bienes Integrantes de “Grandes Proyectos de Inversión”. Su pedido fue aprobado por las secretarías de Comercio e Industria a través de la resolución conjunta n° 8 publicada en el Boletín Oficial este martes. Los insumos serán importados desde Italia.

Según un ejecutivo de la bodega, esto ayudará a Chandon a “mejorar la competitividad tanto en el mercado interno como en el externo”. A su vez, el proyecto traerá aparejados cambios en la estructura de la fábrica para las visitas turísticas: “Aprovecharemos para realizar una remodelación edilicia que permita a los turistas ver cómo funciona la línea productiva desde una mejor perspectiva y sin tener que entrar al espacio donde se desarrolla el fraccionamiento para tener mayor seguridad”.

En 2017, la empresa había recibido luz verde por parte del Gobierno de Mendoza para recibir el Bono Fiscal a cambio de realizar una inversión neta de $ 139 millones (el beneficio fiscal sería de $ 35 millones). El proyecto constaba de la construcción de una sala de vendimia, equipos y sistema eléctrico y generaría 37 puestos de trabajo, según lo consignado por Los Andes.

La industria, actualmente, vive un presente negativo en lo que tiene que ver con las ventas en el mercado interno. Según cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la venta de vinos en botella, que representa más de un 54% del total, exhibió una caída interanual del 14% en septiembre de este año. En tanto, en lo que va del 2018 acumula un desplome del 5,8% versus el período enero-septiembre de 2017.

El mismo escenario se repite en el mercado externo. De acuerdo al informe de septiembre del INV, la industria exportó vino fraccionado por u$s 65 millones valor FOB durante el noveno mes del año, un 1,6% menos a nivel interanual. Mientras que, si se toman en cuenta los números desde enero de 2018, la caída es del 3,1 por ciento.