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Ambito Financiero 19-10-2018 - Leandro Ferreyra Es de mañana en Mendoza. El cielo, diáfano. El sol de primavera viste de un verde intenso los viñedos del Valle de Uco. Una pareja de porteños monta dos bici todoterreno. Cuatro cordobeses esperan que el paisano termine de ensillar los caballos: uno está listo para montar, mientras los otros esperan su turno atados a un palenque.
"Al mediodía viene una delegación de europeos. Son varios, alquilaron autos antiguos", cuenta Gustavo Campini, gerente de Martur, una operadora de turismo "enfocada en ofrecer productos diferenciados que permitan a la gente vivir auténticas experiencias", explica .
La propuesta seduce. El producto Caminos del Vino tiene tantos años como el malbec en la Argentina. Mendoza es pionero en la materia. Pero hoy el turista ya no quiere producto. Quiere experiencia. Y cuanto más completa, mejor.
En este intento de buscar lo distinto, lo inesperado,6 "la posibilidad de hacer enoturismo de una forma no tradicional, es una idea que cada vez suma más adeptos", confiesa Campini.
A Caballo y en dos ruedas
Una de esas propuestas es hacer el circuito a caballo. En horario a convenir, un guía pasa a recoger a los huéspedes en la puerta del hotel para trasladarlos hasta la estancia donde dará comienzo esta aventura. El escenario esta vez es Luján de Cuyo, a una media hora de viaje desde la Ciudad de Mendoza.
Pedaleando. Con cascos, en bicicletas de paseo, entre viñas y bodegas.
Al llegar, espera un desayuno mientras los avezados gauchos ensillan y alistan los caballos. El recorrido incluye catas, degustaciones y almuerzo gourmet maridado con vinos de alguna de las bodegas.
Otra alternativa tentadora es pedalear entre viñas en bicicletas todoterreno. Esta actividad se desarrolla en la misma zona de Luján de Cuyo. El punto de partida y de llegada es Chacras de Coria, a 25 minutos del centro mendocino. El itinerario es el mismo que el anterior: visita a bodegas, degustación y cata, almuerzo y regreso al hotel.
Volver a los 70
Mendoza tiene su magia. Es una provincia que invita a perderse en su extensa geografía sin tener en cuenta el tiempo. Recorrerla es descubrir algo distinto en cada kilómetro. Esa es la idea de la empresa Slowkar: disfrutar en cuatro ruedas todo el territorio mendocino. Enamorarse con sus paisajes, sumergirse en la idiosincrasia de los lugareños. Y, por supuesto, llegar hasta las bodegas, el destino final del tour. |
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