Revista Puerto 15-08-2018 - Karina Fernández Gran conmoción generó entre los investigadores del INIDEP la noticia de que el nombre de Fernando Georgiadis era el propuesto por el subsecretario de Pesca, Juan Bosch para suceder en el cargo a Otto Wöhler. Quienes llevan más de 17 años en el Instituto tienen muy claro de quién se trata: el mismo al que en el año 2001 el Concejo Deliberante de General Pueyrredon declaró persona no grata por el autoritarismo con el que manejó la institución, su ineficiencia, desprecio por la investigación y el despilfarro de los recursos económicos. En aquella sesión especial presidida por el exintendente Gustvo Pulti, los investigadores, técnicos y concejales expusieron los argumentos que resultaron en la decisión unánime del cuerpo colegiado.

La exposición más destacada fue la de Guillermo Cañete, que llevaba entonces 20 años como investigador del INIDEP y hoy es referente de la WWF en la Argentina: “Nosotros hemos recibido en nuestra casa por segunda vez a una persona que resumió la suma o trató de sumar el mayor poder político en el sector pesquero, y por lo tanto controló la decisión política y el asesoramiento científico. Esto obviamente es una buena base como para encarar negocios en el corto plazo, pero es una pésima base para poder hacer un desarrollo pesquero sustentable, que es sí el negocio legítimo que va a dar de comer y va a permitir desarrollar actividades y satisfacer las necesidades de la gente”.

Tras esta durísima acusación, Cañete señaló que Georgiadis había tomado la decisión de “realizar una purga del personal contratado, específicamente aquellos que más molestaban a la conducción, y anular dos instrumentos fundamentales del Instituto de Investigación Pesquera como son los observadores a bordo y el muestreo de desembarque, que brindan información básica para desarrollar modelos de evaluación y poder tener un asesoramiento científico calificado”.

“El Instituto tiene la capacidad de brindar información independiente, información confiable a las autoridades para que diriman en forma racional los intereses de distintos sectores. Justamente el problema era que eso era lo que se quería eliminar, por distintos artilugios, por distintas formas, y siempre con discursos subidos al bronce de la plaza San Martín, pero que realmente lo que se veía detrás era una decisión política de operar sobre la capacidad del Instituto para responder las demandas que hacen las autoridades de aplicación en sus distintos estamentos”, concluyó Guillermo Cañete, sin imaginar que 17 años después estaríamos en la misma situación.

Martín Ehrlich, que entonces tenía 25 años de antigüedad como investigador del INIDEP, tras pedir por la continuidad de los 42 investigadores contratados que Georgiadis quería despedir, por considerarlo una pérdida de capital humano que afectaría seriamente al Instituto, indicó: “No queremos una conducción unipersonal y autoritaria que nos lleva a un aislamiento”. A la vez expuso que el autoritarismo de Georgiadis se manifestaba al “negarse a cualquier diálogo, negarse a cualquier consenso (…) generando un deterioro del material humano, dado que le impide su capacidad de pensar, y a nosotros nos han contratado allí para pensar. El otro problema, también muy riesgoso, es que despilfarran la plata del ciudadano”.

La investigadora Claudia Dato, hoy ya jubilad se centró en la implicancia que tendría para el Instituto el despido de los 42 contratados, a quienes en algunos casos ella misma había formado. “Después de 25 años yo me encuentro (…) formando las nuevas generaciones de personal del INIDEP. Cuando el Estado vive diciendo –y sobre todo en este último año, cuando se puso de moda el déficit cero– que hay que optimizar los recursos del Estado, en el Instituto se ve que al personal de alguna manera se lo considera descartable. Estas 42 personas no son ñoquis como las definió el señor Director”.

Entre los 42 contratados a los que amenazaba despedir Georgiadis estaba un joven Gabriel Blanco, hoy jefe del Programa de Observadores a bordo, quien al dirigirse a los concejales explicó que casi el 80% desempeñaba funciones científicas y el 60% estaba conformado por universitarios, licenciados y doctorados. “Desgraciadamente si nosotros dejamos de trabajar en el INIDEP no tenemos una inserción social cabal que nos pueda permitir desarrollar nuestra carrera, desarrollar nuestra vocación”, les dijo.

Las exposiciones de los concejales fueron todas a favor de los investigadores del INIDEP. Se vivían tiempos de mucha conmoción en el país y ni siquiera así hubo posturas contrapuestas. El concejal Roberto Páez señaló que “la crisis que está atravesando hoy el INIDEP se desprende del mal manejo político por parte de los responsables del Instituto; la irresponsabilidad de los distintos personajes que tuvieron en sus manos la tarea de conducir esta institución”.

El concejal Héctor Rosso fue otro de los que se manifestó a favor del reclamo de los investigadores del INIDEP y cuestionó el desempeño de Fernando Georgiadis al frente del Instituto. Pero fue el socialista Eduardo Romanín, hoy abogado de la exesposa de Amado Boudou, quien propuso declararlo persona no grata.

“Vamos a reafirmar el pedido de renuncia de este señor Georgiadis declarándolo no solamente una persona inepta, incapaz y de alguna manera comprometida con intereses non sanctos, sino que vamos a pedir que este Concejo Deliberante lo declare persona no grata para los marplatenses”, mocionó entonces Romanín.

La propuesta fue aceptada inmediatamente por los concejales Jorge Petrillo y Juan Carlos Cordeu, que lo hizo en nombre de todo su bloque; y lo mismo expresó el peronista Eduardo Salas. Antes de dar por finalizada la sesión se sometió a votación el proyecto, redactado de forma excepcional en ese mismo momento.

“Artículo 1º: Se declara persona no grata de la ciudad de Mar del Plata al señor Fernando Georgiadis. Artículo 2º: Comuníquese esta declaración de persona no grata a las cámaras legislativas de orden provincial y nacional y al Poder Ejecutivo Nacional. Artículo 3º: De forma. Aprobado por unanimidad”

Fernando Georgiadis es el hombre que el Subsecretario de Pesca le propuso al ministro Luis María Etchevehere como Director del INIDEP, cuya designación depende de su firma.
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