Revista Puerto 10-08-2018 - Nelson Saldivia “El que no llora, no mama”, dice el viejo refrán. Pero por viejo no significa que no siga siendo efectivo. Así de claro lo tienen los empresarios de Fyrsa que, con la estratégica colaboración de la dirigencia del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación, se hicieron de un permiso de pesca de Chubut, en un trámite casi express.

Con la amenaza de echar trabajadores, los empleados de planta fueron movilizados para que protesten y quemen gomas frente a la sede de la cartera de Pesca de Chubut. Así, con el remanido argumento de que estaba en peligro la paz social, presionaron al gobierno para que les firme el otorgamiento de un permiso de pesca.

Ayer, desde el gobierno provincial defendieron la medida al indicar que la empresa pesquera Fyrsa S.A de Rawson retomó la actividad plena en su planta con el procesamiento de merluza, tal como había acordado mediante un acta firmada, el 20 de julio en la Sala de Situación, por el ministro Coordinador de Gabinete, Marcial Paz; el secretario de Pesca, Adrián Awstin; el representante de la empresa, Marcelo Figueroa; el secretario de la seccional Rawson del STIA, Fabián Molina, y los trabajadores.

“El otorgamiento de un permiso fresquero de altura, que fue solicitado por la empresa, le permite contar con materia prima todo el año y asegurar la continuidad laboral para 160 trabajadores que tiene Fyrsa S.A.”, argumentó la Provincia.

En este marco, el secretario de Pesca, Adrián Awstin destacó que “la empresa reactivó su actividad con la totalidad del personal luego del acuerdo firmado con el Gobierno Provincial”.

“Este acuerdo hace que la empresa tenga merluza para trabajar y de esa forma la pesquera pueda hacer frente al pago de los sueldos de cada trabajador. Es instrucción del gobernador, Mariano Arcioni, gestionar para que cada trabajador mantenga su fuente laboral, y este acuerdo tiene ese objetivo”, aseveró Awstin.

A su vez, el secretario de Pesca resaltó que “el trabajo en conjunto que tuvo el Gobierno, junto a la empresa y el gremio de los trabajadores, para llegar a un acuerdo que fuera en beneficio de cada una de las partes”.

El hecho abre un antecedente para otros que quieran imitarlo. Si alguna empresa quiere un permiso de pesca será cuestión de amenazar con echar gente a la calle, quemar unas gomas y pegar tres gritos. A Fyrsa le resultó el plan.

“Siglo veinte, cambalache, problemático y febril”, dice el tango; el mismo que reza que “el que no llora, no mama”, y algunas otras cosas más.
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