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Perspectivas para el maíz: elevado costo de implementación y menor área planteada
El cultivo del maíz viene en auge durante los últimos años en la república Argentina. Con la adopción de híbridos de ciclos intermedios a corto, prolíficos, adaptables para siembras ralas y con genes de resistencia a orugas y herbicidas de amplio esp ...
 

 
El Diario de la Pampa 25-07-2018 - Mariano Fava El cultivo del maíz viene en auge durante los últimos años en la república Argentina. Con la adopción de híbridos de ciclos intermedios a corto, prolíficos, adaptables para siembras ralas y con genes de resistencia a orugas y herbicidas de amplio espectro, el cereal ha pasado de ser uno de los cultivos más inseguros a uno de los más estables y previsibles para ambientes semiáridos como La Pampa. Adicionalmente, el hecho de que se le hayan eliminado los impuestos a la exportación del grano, vulgarmente conocidos como retenciones, sin duda ha contribuido sustancialmente al aumento del área y producción de este noble cereal. En efecto, no solo hemos tenido más siembra de maíz, sino que lo hemos hecho de una manera mejor, con un paquete tecnológico mucho más avanzado, lo que redunda en más grano y más dólares para la república Argentina.

Sin embargo, semejante salto tecnológico viene acompañado de una inversión muy importante en insumos y maquinaria para lograr tales resultados. Hay consenso general entre técnicos y productores, que no es recomendable bajo ningún aspecto plantar lo que comúnmente se conoce como maíz hijo de híbridos. Siempre es preferible sembrar menos superficie y mejor, es decir la variable de ajuste nunca debe ser la tecnología aplicada. En cuanto a la calidad de la semilla de los diferentes híbridos, si bien es cierto que cualquier híbrido será mejor que sembrar semilla de propia producción (hijo de híbrido), no es menos cierto que en general conviene adquirir simientes de probada calidad y productividad, ajustando quizás en el número de semillas por hectáreas. Por otra parte, como todos sabemos para que una genética se exprese debe estar acompañada por un buen ambiente. Eso significa disponibilidad de humedad (precipitación y riego complementario si es factible), nutrientes (fertilización) y ausencia de malas hierbas e insectos que afecten el desarrollo y potencial productivo del cultivo. Todo esto le insume al amigo productor una inversión de, como mínimo, 10.000 pesos por hectárea para establecer un maíz en campo propio, con lo cual si pensamos en un campo alquilado el número se eleva mucho más, y peor aún si el arreglo es a porcentaje.

Este cultivo tiene una rentabilidad interesante si, solo si, rinde adecuadamente, lo que significa no menos de 7 toneladas de grano por hectárea plantada. Por debajo de este rinde hay pérdida, a menos que una suba en el precio compense en parte el quebrando generado por la merma física de grano. Semejante producción (7.000 kilos por hectárea o más) de grano requiere un importante gasto en logística (flete). Con lo cual si empezamos a apilar variables bajistas como costo de implantación y gasto logístico, vemos que se espera un ajuste del área plantada con maíz en la provincia de La Pampa con tendencia a la baja. Lo expuesto toma mayor relevancia si pensamos en el fuerte incremento que ha habido del área plantada con cereales de invierno, dejando menos áreas para gramíneas de verano, las cuales deberán competir con las oleaginosas por la asignación de superficies, con las cuales están en franca desventaja si analizamos sus márgenes brutos, pues no solo las oleaginosas cotizan mejor, sino que requieren menor paquete tecnológico (inversión) sobre todo en lo que a soja se refiere. Dicho esto y tratando de ponernos en la piel de un productor pampeano, las decisiones van a estar fuertemente influenciadas por distintos factores según su actividad. Es decir, seguramente un productor mixto tratará de producir el maíz necesario para la suplementación estratégica y la terminación a corral requerida en los modelos modernos de invernada. Eso significa entre 500 y 800 kilos de maíz por animal en engorde. Mientras que un empresario agrícola puro tratará de ajustar el maíz a aquellos lotes de altísimo potencial de producción, o en los casos donde la rotación lo obligue de manera tajante a la incorporación de gramínea, si es que no ha plantado ya trigo o cebada.

En resumen y para finalizar, diremos que los altos costos de implantación de maíz, el esfuerzo importante de logística que este cereal demanda y un pobre resultado productivo en la campaña precedente por parte de esta gramínea, hacen pensar que vamos hacia una intención de siembra de maíz a la baja. Pues, como ya hemos aprendido por las malas, el maíz no se debe ajustar en paquete tecnológico porque lo cobra muy caro. Conviene más bien plantar menos y mejor. Adicionalmente, el tema rotación en la presente zafra está salvado, como dijimos, por un aumento en la siembra de cereales de invierno, los cuales si producen bien, 3 toneladas de cereal por hectárea o más, pueden dejar una cobertura tan importante como en el caso del maíz.

(*) Ingeniero agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP
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