Revista Puerto 19-07-2018 - Roberto Garrone Migración de flota al langostino, pérdida de mercados para la corvina, problemas de competitividad de la flota uruguaya, restricciones a la flota nacional para pescar condrictios. Los factores que marcan un descenso en el esfuerzo pesquero sobre el conjunto íctico conocido como variado costero son diversos.

Así lo revelan Claudia Carozza, jefa del Programa Variado Costero del INIDEP, quien junto con Claudio Ruarte, investigador del Proyecto, dialogaron con REVISTA PUERTO sobre la situación de corvina y pescadilla, los dos principales recursos que integran la pesquería.

El último informe de corvina todavía no está listo pero Carozza revisa el borrador para convalidar algunos datos. “En general notamos una disminución del esfuerzo pesquero en los últimos cinco años sobre todo el conjunto dentro de la zona común de pesca con Uruguay”, dice la investigadora.

La reducción implica una caída en los desembarques, menos barcos operando sobre los recursos costeros y menos viajes con especies objetivo. Ver los cuadros estadísticos es como observar una curva descendente cual tobogán.

“Notamos una reducción de los desembarques desde el año 2012, pasando de 100 mil toneladas a 62 mil que se registraron el año pasado, la cifra más baja de este período”, dice Carozza mientras revisa la evolución de los desembarques, sentada en su gabinete de la planta baja del Instituto.

Con los desembarques bajó también el número de viajes. De 10 mil que se completaron hace una década, el año pasado se hicieron la mitad a partir de una merma en las unidades de pesca que operaron sobre los recursos en la zona.

“En 2012 hubo 420 barcos que declararon capturas de variado costero. Fueron 357 en el año 2016 y 330 el año pasado”, precisa la investigadora.

En este escenario de reducción de esfuerzo, desde el Programa han sugerido mantener las capturas máximas permisibles en los mismos valores. “Para pescadilla la MTMFM mantuvo las 17 mil toneladas más 2 mil de reserva aunque el año pasado se pescaron unas 15 mil entre ambos países”, señala Ruarte.

El biólogo reseña que la flota uruguaya viene aportando menos desembarques desde 2013. “La flota uruguaya es particular: capturan corvina y pescadilla. Pez palo y lenguado no tienen; se declaran muy poco… son 33 barcos costeros hace 30 años. No es una flota dinámica como la nuestra. Es una flota envejecida y han tenido problemas de costos que afectaron su competitividad”, contó el investigador.

Sobre la flota nacional señaló que también se nota que ha bajado el esfuerzo pero “notamos una migración de flota a otros recursos. Las restricciones en condrictios también han desalentado la captura de variado”, agregó el investigador.

La corvina es el principal recurso dentro del variado costero por el volumen de desembarque. La última campaña de evaluación conjunta con Uruguay se realizó en diciembre pasado. “La biomasa bajó y por eso bajamos la CMP a 38 mil toneladas”, explicó Carozza, aunque advirtió una merma en las descargas. El año pasado los desembarques descendieron en 12 mil toneladas en relación a 2016. En lo que va del año se descargaron 7 mil toneladas y a esta altura del año pasado los desembarques rozaban las 10 mil toneladas. Aunque este año todavía no comenzó la zafra.

En ese sentido, técnicos del INIDEP junto con Observadores están brindando asistencia técnica a la prospección que realiza la Dirección de Pesca Provincia dentro de la Bahía de Samborombón. Por los datos preliminares que se han recibido los ejemplares son de buen tamaño, por arriba de los 300 gramos por lo que se desprende que la temporada comenzará en breve.

Carroza reconoció una falencia en la confección de los partes de pesca en la flota argentina que genera inconsistencia en los datos que aportan. “Utilizamos el esfuerzo de pesca y en ocasiones esos datos no están bien consignados; hemos tenido que utilizar los partes de pesca de la flota uruguaya para volcar al modelo”, confesó la Jefa del Programa.

La falta de Observadores en la flota que opera sobre el variado costero sigue siendo un problema sin resolver. “Pasa el tiempo y nos piden (por armadores) información pero no somos magos, necesitamos esos datos que aportan los Observadores”, remarcó Carozza.

La última campaña de investigación global sobre especies costeras se realizó en 2013. En febrero hubo un intento de conocer la situación en El Rincón pero se rompió el Eduardo Holmberg y quedó amarrado al muelle desde entonces.

Siempre se ha hecho una global costera en noviembre/diciembre pero los investigadores no saben si el Angelescu estará disponible para esa fecha. Mientras tanto aguardan con expectativa el nuevo barco costero de 36 metros que se construye en Armón, Vigo, y se utilizan las embarcaciones menores del INIDEP (Bernie y Willie) para evaluar los juveniles de corvina en las primeras millas de la costa de la Bahía.
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