La Nación 17-07-2018 - Gabriela Origlia CÓRDOBA.- Para la Bolsa de Cereales de Córdoba, el precio de la soja en la Argentina se presenta "estable con posibilidades de alza", mientras que para el maíz la proyección es de "estabilidad". En su último informe, la entidad plantea que todo el escenario está marcado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Con las tareas de cosecha finalizadas en la Argentina y Brasil, el foco de del mercado de la soja está en Estados Unidos, donde el Departamento de Agricultura (USDA) revisó al alza las estimaciones de área sembrada para la oleaginosa en 200.000 hectáreas respecto a la intención inicial de 36 millones de hectáreas. El clima, además, acompaña el desarrollo del cultivo: 71% está en condición buena a excelente contra 62% a la misma fecha de la campaña previa. El valor supera la media histórica de las últimas campañas.
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Las buenas perspectivas de producción contrastan con el recrudecimiento del conflicto comercial con China, que a principios de este mes impuso un arancel del 25% a las importaciones de soja desde Estados Unidos. La respuesta de Donald Trump fue establecer un arancel del 10% a más de 6000 productos chinos.

En ese contexto, la cotización del poroto de soja en Chicago cayó 21% en los últimos 60 días, mientras que en harina y aceite de soja, productos no alcanzados por los aranceles, los precios bajaron 13% y 12%, respectivamente.

Las proyecciones apuntan a que China, principal importador mundial de soja, demande 95 millones de toneldas (versus 103 millones de toneladas que estimaba un anterior informe del USDA) y busque reemplazo de oferentes. Sin embargo, el análisis de la Bolsa señala que los saldos exportables de Sudamérica son insuficientes para abastecer los requerimientos, por lo que "finalmente parte de la demanda caerá indefectiblemente sobre soja estadounidense y subproductos".

En esa línea, indica que debido a la presión que este contexto significa sobre la escasa disponibilidad de producción argentina, las importaciones temporales pueden ser mayores a lo previsto por Agroindustria, "captando mercadería de Estados Unidos y Brasil".

La industria local de procesamiento y de la exportación compraron ya 25 millones de toneladas de soja campaña 2017/2018, equivalentes al 68% de la producción, 17 puntos porcentuales por encima del promedio de las últimas cinco campañas a igual fecha.

Los precios en el mercado local también sintieron el impacto del contexto externo, con una caída de 13% desde mediados de mayo. Sin embargo, la Bolsa de Cereales de Córdoba calcula que a futuro las cotizaciones muestran una tendencia al alza "por el compromiso del Gobierno de continuar con el esquema de rebaja de retenciones, así como por los factores estacionales ligados a la menor disponibilidad".

Para el maíz, el reporte indica que un combo de factores (demoras en la siembra de maíz safrinha, menor paquete tecnológico y déficit de lluvias en las principales regiones productoras) impactó en los rendimientos, que alcanzarían los 48 quintales por hectárea frente a los 55 de la campaña 2016/2017.

La producción brasilera cerraría en torno a las 83 millones de toneladas, 15 millones de toneladas por debajo del ciclo previo. Las tareas de cosecha se acelerarán en las próximas semanas extendiéndose hasta setiembre.
Maíz

En Argentina, la cosecha de maíz lleva 82% del área apta recolectada, ocho puntos porcentuales por encima del promedio de las últimas cinco campañas. Ya se vendieron 17 millones de toneladas de la nueva campaña, en línea con el promedio histórico, pero 1,5 millones de toneladas por debajo del ciclo previo.

"La incertidumbre económica que se generó en mayo provocó una aceleración en la solicitud de permisos de exportación a los efectos de calzar operaciones. Los compromisos comerciales equipararon al stock de maíz en manos de los exportadores, por lo que para futuros compromisos deberán originar mercadería, escenario probable ante la ganancia de competitividad tras la devaluación del peso", describe el análisis.

En Estados Unidos, 37% del cultivo se encuentra en estado de floración, período crítico para la formación de rendimientos, con buenas perspectivas dado que 75% registran buen estado, 10 puntos porcentuales por encima de la campaña 2017/18. La revisión al alza en la superficie sembrada en el informe del Usda de fines de junio motivó un aumento de casi 5 millones de toneladas en la estimación de producción, que se ubicaría en 361,5 millones de toneladas.

Pese al aumento de producción esperado en Estados Unidos, la exportación y el consumo interno continúan mostrando una buena dinámica, hecho que coincide con el menor stock inicial de Sudamérica para la campaña 2018/2019, derivando en la relación stock/consumo más baja de las últimas dos décadas.

Sin embargo, los fondos especulativos revirtieron la posición compradora vendiendo más de 350.000 contratos desde finales de mayo, "debido al efecto contagio que genera la caída del precio de la soja y otros productos afectados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la incertidumbre política y económica que provoca sobre el resto de los países".

Para la Bolsa, esos factores ayudan a explicar por qué el precio del maíz en Chicago bajó 16% en los últimos dos meses, comportamiento que se amplificó en el mercado local; para los próximos meses la entidad estima un "aumento leve".
Trigo

En el segmento del trigo, el Usda recortó su proyección de producción mundial en 8,4 millones de toneladas (el total sería de 736 millones). El ajuste se debe a la sequía en el centro-norte de Europa, en Ucrania y Rusia. En Estados Unidos, el 63% del de invierno fue cosechado, mientras que el 81% del de primavera está en fase de pre emergencia floral.

El veloz avance de cosecha de las variedades de invierno en Estados Unidos, las buenas perspectivas para el trigo de primavera, los efectos colaterales de la guerra comercial con China y la fortaleza del dólar a nivel mundial presionaron a la baja las cotizaciones en Chicago. En la Argentina, la caída fue mayor por las proyecciones de un aumento del 4% en el área sembrada y la dinámica de la cosecha.

Ya se vendieron 14,8 millones de toneladas; los exportadores compraron 11,3 millones y los molinos 3,5 millones. Entre diciembre y lo que va de este mes, fueron 3 millones de toneladas a Brasil y 6 millones a otros países; restan de exportarse a Brasil 3 millones, por lo que los operadores deberían adquirir un millón de toneladas más en lo que queda del año.

Como los molinos procesan, en promedio, 5,5 millones de toneladas anuales, deberán comprar 2 millones de toneladas hasta el empalme de la nueva cosecha. Con una oferta de 19,3 millones de toneladas al inicio del ciclo (sumando stock inicial y descontando uso para semilla y forrajes), se llegaría al nuevo ciclo con un stock que oscilará entre 1,5 a 1 millón de toneladas.
Por: Gabriela Origlia